VAMPIROS: SED DE SANGRE (Richard Brandes) / 2004: Kevin Dillon, Vanessa Angel, Jody Lyn O´Keefe, Lance Henriksen, Kenneth Colom, Alex McArthur, Ismail Kanater, Jim Ortlieb, Melissa Rivers, Adrian N. Rivers.

   Mediocre peliculita de vampiros lanzada directamente al mercado del DVD y dirigida con una anemia y una falta de ganas preocupante para ser su ópera prima por Brandes.

   Un policía (Dillon, olvidados ya sus tiempos de gloria con papeles en la magistral Platoon, Oliver Stone, 1986 y en un pequeño clásico de terror ochentero como El terror no tiene forma, Chuck Russell, 1988) se ve envuelto en una pelea para proteger a una joven (O´Keefe, cuyo mayor éxito fue un papel secundario en Halloween H20, Steve Miner, 1998). Ésta resultará ser una vampiro que llevará al agente a una especie de orgía dónde sus amigos chupasangres se alimentan a ritmo de música tecno (la sombra de Blade, Stephen Norrington, 1998, y sus secuelas es alargada) de los insensatos que van a dar allí y en la que será mordido por el líder de los no-muertos (Kanater, con una máscara de látex lamentable que en vez de dar miedo da risa), comenzando una especie de cuenta atrás en la que intentará destruir a los monstruos antes de convertirse en uno de ellos.

   Unos FX de maquillaje de lo más mediocres, obra del muy irregular John Carl Buechler; y una nómina de actores que vivieron épocas mejores (el mencionado Dillon o Henriksen, perdido en todo tipo de subproductos a cual más casposo) o que, simplemente, son prácticamente desconocidos (O´Keefe, que resurgió recientemente con su papel de Gretchen Morgan en la serie Prison break, o la playmate Vanessa Angel, vista en Dientes de sable, James D. R. Hickox, 2002) y que no son capaces de aportar nada a unos personajes totalmente nulos.

   Por cierto, el plagio de la portada americana con respecto a la de Bats, Louis Morneau,  1999, es insultante.

(2,5/3)