PSICOSIS (Gus Van Sant) / 1998: Vince Vaughn, Anne Heche, Julianne Moore, Viggo Mortensen, William H. Macy, Robert Forster, Philip Baker Hall, Anne Haney, Chad Everett, Rance Howard, Rita Wilson, James Remar, James LeGros.

 

   En el año 1998 el realizador Gus Van Sant tuvo la original (que no genial) idea de hacer algo que jamás se había hecho en el mundo del cine, al menos con respecto a una obra maestra de la categoría de Psicosis, Alfred Hitchcock, 1960: un remake plano por plano del filme primigenio. Las reacciones furibundas por parte de los fans de éste, cinéfilos, cinéfagos, críticos, periodistas, colegas de profesión, actores, familiares del director británico, panaderos, futbolistas, cocineros, taxistas y resto del mundo no se hicieron esperar, condenando a la hoguera a Van Sant (quien ya había demostrado que no era manco con la cámara en Drugstore cowboy, 1989; Mi Idaho privado, 1991; o El indomable Will Hunting, 1991) y a todo aquel que había osado participar en tamaña afrenta o herejía. ¿Es para tanto la supuesta osadía? Pues no, creo yo, salvo que te guste indignarte por chorradas de semejante calibre (la película original siempre estará ahí, inalterable para el que la quiera disfrutar) mientras miras hacia otro lado por cosas que sí son realmente importantes. ¿Es tan deplorable y nocivo el remake que analizamos? Hombre, tampoco, pues se trata de una copia plano a plano de una obra maestra (en color, eso sí), interpretada por una nómina de actores de categoría (aunque, obviamente, distintos a los originales, y entre los que choca considerablemente encontrar a una pareja protagonista -Heche y Vaughn- encasillados, por lo general, en la comedia -cuando la actriz conduce por la ciudad podemos ver un cartel de Seis días y siete noches, Ivan Reitman, 1998, película que ella protagonizaba, en una parada de bus-, y que, pese a ese encasillamiento y a que en ningún momento hacen olvidar a Perkins y a Janet Leigh, tampoco es que realicen una labor execrable. Macy, Moore y Mortensen incluso están bien) y clonada por un director que sabe lo que hace (imagínense a ustedes o a mi intentando hacer lo mismo). ¿Era necesario? No, en absoluto.

 

   Como tampoco es necesaria una sinopsis de la película, ya que, si hacemos un “Van Sant”, bastaría con efectuar un copia y pega de la ya realizada para el filme de Hitchcock. Otro tanto de lo mismo sucedería con el resto de la reseña, así que pasaremos a señalar ciertas curiosidades y aspectos llamativos que, esperemos, hagan que la lectura merezca la pena: Por ejemplo, es reseñable el empeño de Van Sant, rozando lo obsesivo, por hacer que todo fuera igual que en la primera película, no solo con respecto a las líneas de diálogo, copiadas, sino también siguiendo el mismo orden de rodaje de las escenas, empleando la misma cantidad de tiempo para finiquitar la obra (6 semanas), usando la misma BSO de Bernard Herrmann, y calcando todos y cada uno de los planos (los únicos detalles que cambian son ciertas concesiones a la época actual, como los auriculares que utiliza Lila Crane -Moore-, algún que otro tema de la banda sonora, y la escena en la que Bates observa a Marion a través del agujero oculto tras el cuadro, en el que queda claro que se masturba mientras disfruta del espectáculo). Esa obsesión se extendería a aspectos dispares como a que el caserón y el motel fueran construidos justo delante de los sets originales o a que el director se empeñase incluso en copiar los errores del filme original (esa puerta que se abre sin utilizar la llave correspondiente); en realizar el mismo cameo que concibiera Hitchcock, apareciendo en el exterior de la oficina en la que trabaja Marion, conversando con otro individuo; o en prohibir los pases previos al estreno para la crítica, así como las premieres, lo que también hiciera el realizador inglés. Incluso la calavera que se superpone sobre el rostro de Vince Vauhgn en el plano final de la película es la misma que cubría la cara de Perkins en la escena análoga del filme original.

 

   También resulta curioso el hecho de que Alfred Hitchcock pretendiera abrir su película con una panorámica completa de la ciudad que llevaría, mediante un zoom, a la habitación de Marion Crane, algo que no fue posible realizar en un solo plano debido a la tecnología del momento, teniendo que usarse varios trucos para llevarlo a cabo. En el remake, gracias a la modernización de esa tecnología, sí que fue posible.

 

 

(5/1)

PELÍCULAS EN LA WEB

Ciencia Ficción:        33

Terror:                  394

Fantasía:                 10

TOTAL:                     437

CARÁTULAS Y

POSTERS:            19880

PODCASTS:

 

Los jinetes del apodcastlipsis.

 

Enlaces a todos los programas del podcast en el que hablamos de cine, literatura, series, videojuegos o música, siempre relacionados con el cine de terror.