DÍA DE LOS INOCENTES, EL (George Dugdale, Mark Ezra & Peter Mackenzie Litten) / 1986: Caroline Munro, Simon Scuddamore, Carmine Iannaccone, Donna Yeager, Gary Martin, Billy Hartman, Michael Safran, John Segal, Kelly Baker, Sally Cross, Josephine Scandi, Marc Smith, Dick Randall, John Clark.

   Uno de los muchos slashers surgidos a rebufo de la saga Viernes 13, aunque bastante tardío (cuando se estrenó nuestro filme, Jason ya había protagonizado cinco secuelas de la película primigenia dirigida por Sean S. Cunningham). En esta ocasión tenemos a un nerd que sufre una pesada inocentada a manos de sus compañeros de clase, a raíz de la cual resultará herido de gravedad, tanto física (sufre quemaduras que le desfiguran el rostro) como psicológicamente (es ingresado en un sanatorio). Años después, el grupo de bromistas es invitado a pasar una noche en el instituto, ya abandonado, quedando encerrados en el mismo y siendo eliminados uno a uno por un misterioso enmascarado.

   Nada más y nada menos que tres directores hicieron falta para llevar a cabo semejante desvarío, uno de los peores body counts de la década de los ochenta, con personajes, cómo no, lamentables y descerebrados (el momento en el que una de las chicas le confiesa a un compañero, cuando ya se han producido varios asesinatos, que el hijo que tiene con su pareja es realmente de él, roza el delirio, así como el hecho de que, a continuación, se vayan a hacer el amor sin importarles lo que sucede), a los que dan vida actores completamente desconocidos (en la nómina de intérpretes tan solo destaca la scream queen Caroline Munro), y cuyos comportamientos rozan el absurdo y la estupidez absolutos (¿En ningún momento se dan cuenta de que solo están invitados a la fiesta aquellos que participaron en la broma? ¿Cómo puedes ir a darte un baño justo inmediatamente después de que uno de tus amigos haya sido eliminado y el resto del grupo huya escaleras abajo, dejándote completamente sola, y sin saber a dónde han ido? ¿Por qué cuando empieza a caer el ácido en la bañera no sale de ella o cierra el grifo?); con un guión que provoca situaciones carentes de toda lógica (ese instituto en estado ruinoso y que lleva abandonado cinco años, pero que tiene un vigilante; el momento en el que uno de los chicos rompe la reja electrificada que impide la huída por las ventanas, yendo solo a buscar ayuda, cuando puede quitar el cable eléctrico para que salgan los demás; la disparatada idea de arreglar un tractor para recorrer abordo los doce kilómetros que los separan hasta el pueblo… ¿Piensan fugarse así teniendo todos los coches fuera?; Skip -Iannaccone- asomándose a un pasillo con una lanza y mirando a ambos lados, para ser capturado por el asesino por la espalda en cuanto vuelve la vista a su izquierda; otra de las chicas, que encuentra un anuario con su foto tachada, y que echa a correr asustada, quedándose sola, y cayéndose -¡Oh, casualidad!-, a un pozo de aguas negras, dónde muere ahogada; el plano del WC del que sale sangre sin razón aparente, o ese otro de un pasillo en el que estallan las bombillas sin motivo alguno; ese momento en el que el asesino persigue al personaje de Munro subiendo unas escaleras y escondiéndose en el descansillo, al lado de la puerta en la que se halla la chica. Ésta sale y mira hacia la derecha, dónde debería de hallarse el hombre, pero no hay nadie, así que avanza en esa dirección. Cuando pasa al lado de una ventana que va a dar a la habitación dónde ella estaba oculta, el perseguidor atraviesa dicha ventana desde esa habitación, intentando cogerla. Ella consigue zafarse, subiendo unas escaleras, pero el asesino vuelve a salir de la nada, ésta vez en el piso superior, siendo empujado al vacío. Para continuar el despropósito, ella le arroja la lanza, proporcionándole el arma con la que será liquidada poco después); con diálogos esperpénticos (“Nancy, escucha. Está amaneciendo. El Día de los inocentes termina al mediodía. Marty no nos hará nada después del mediodía, estoy seguro“. ¿Cuándo un día termina al mediodía? ¿De dónde sacan la absurda teoría de que aquel que los está eliminando dejará de hacerlo porque termine el Día de los inocentes?; o “Son más de las once. El Día de los inocentes se acabará. Si aguantamos media hora más estamos salvadas. Marty ha seguido las reglas del juego”. ¿Las reglas del juego? ¿De qué juego?); con un final de traca (pues sí, efectivamente, al final todo es un sueño, pero…); y con, eso sí, bastantes momentos gore (el primer asesinato, con esa cerveza que destroza, literalmente, el estómago del chico que la consume -con plano de los intestinos saliendo al exterior incluido-; el ya mencionado, que tiene lugar en el baño, con la joven consumida por el ácido; el del hombre que intenta reparar el tractor, y que es aplastado y mutilado por las cuchillas del mismo…).

   Por lo demás, veremos posters de Supersonic man, Juan Piquer Simón, 1980; y 1000 gritos tiene la noche, ídem, 1982, al principio, en el despacho de Manny (Randall, productor de esos dos filmes y muchos otros de nuestro género predilecto); y la música es de Harry Manfredini, el autor de la banda sonora de varias de las películas de la saga Viernes 13 (incluso uno de los chicos le da un susto a una compañera con la famosa máscara de hockey, momento en el que suena un segmento de dicho score).

(3/6)

CARÁTULAS Y POSTERS

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