ÁNGEL NEGRO (Jorge Olguín) / 2000: Álvaro Morales, Andrea Freund, Blanca Lewin, Juan Pablo Bastidas, Fernando Gallardo, Arturo Ruíz Tagle, Álvaro Espinoza, Patricia Pardo, Claudio Rodríguez, Miguel ´Chito´ Fuentes.

   Un grupo de jóvenes celebran su particular fiesta de graduación en una zona costera. El alcohol y las drogas provocan que algunos de los chicos no midan sus actos, y la celebración concluye trágicamente cuando Ángel (Lewin), una de las muchachas, se precipita al vacío por uno de los múltiples acantilados de la zona después de que uno de los jóvenes abuse de ella ante la pasividad del resto. Varios años después comienzan a aparecer asesinados todos y cada uno de los miembros de la pandilla, en lo que parece ser un acto de venganza llevado a cabo por Ángel, cuyo cadáver nunca fue encontrado.

   Ángel negro sirve para comprender el alcance que tuvo una película como Scream, Wes Craven, 1996 (pese a que algunos detractores quieran quitarle el merito que le corresponde y se merece al filme de Craven. Si bien es cierto que no acarreó una revolución cinematográfica palpable, sí que fue la causante de crear un auténtico tsunami de slashers provenientes de todos los rincones del planeta, el cual aún no ha concluido más de quince años después del estreno del filme protagonizado por Neve Campbell), observando que hasta de cinematografías tan remotas como la chilena, alejadas por completo del género, llegaron sucedáneos que se inspiraron en ella. Poco a destacar en esta ocasión, pues la obra del mediocre Olguín (creador de infamias de la talla de Sangre eterna, 2002, o Solos, 2008) no tiene ni un solo momento destacable o llamativo, resultando un producto de lo más vulgar y carente de cualquier atractivo (los asesinatos carecen del mínimo ápice de tensión exigible y están rodados con absoluta tosquedad y total desgana; los personajes no están definidos y por tanto no tienen motivaciones, a lo que ayuda el hecho de que los actores que los interpretan deambulan ante la cámara recitando sus frases como si las leyeran -Morales, que da vida a Gabriel, o Freund, que interpreta a Carolina- o sobreactuando hasta lo insospechado -Gallardo o Tagle, el juez y el detective que se encargan del caso, respectivamente-). En cuanto al asesino, si algún aficionado al género que haya visto no más de una docena de slashers (o giallos, tanto da) con un psicópata enmascarado como protagonista es incapaz de deducir no más allá del minuto quince quién se esconde tras la identidad oculta del criminal (Ángel negro, Gabriel… ¿A alguien no le ha quedado claro aún?), vale más que se pase al melodrama musical o a la comedia costumbrista.

(2,5/1)