TERROR EN AMITYVILLE (Stuart Rosenberg) / 1979: James Brolin, Margot Kidder, Rod Steiger, Don Stroud, Murray Hamilton, John Larch, Natasha Ryan, K. C. Martel, Meeno Peluce, Michael Sacks, Helen Shaver, Amy Wright.

    Inicio de una de las sagas más extensas, longevas y deplorables del cine de terror. Viendo las escasísimas virtudes de las que goza el film de Rosenberg, es lógico que sus secuelas sean igual de lamentables o mucho peores.

    Basada en un best-seller de Jay Anson (que a su vez se inspiró en sucesos supuestamente reales) que narraba los fenómenos paranormales a los que se enfrentaba una familia tras mudarse a un caserón en el que un joven había asesinado a sus padres y hermanos tras, según su propia versión, oír unas voces que le ordenaron hacerlo, la película comienza de manera prometedora (el sacerdote interpretado por Steiger, que acude a bendecir la vivienda, se ve obligado a poner pies en polvorosa aterrado por una voz de ultratumba que le recomienda de manera poco amistosa que abandone el lugar) para ir cayendo paulatinamente en el aburrimiento. En ningún momento los presuntos poltergeists que asedian a los Lutz ponen en peligro su vida. Es más, su único objetivo parece ser el de alejarlos de la casa, tanto a ellos como a todas las personas que les visitan (la tía de Kathy; el socio de George y su esposa…), con lo que todo el terror y la tensión se van al traste (los sustos se reducen a algún que otro ruido extraño, unos ojos que podrían ser los de un gato que observan a la familia a través de una ventana, una hamaca que se mueve sin que nada ni nadie parezca tocarla, un conjunto de moscas que se amontonan en un cuarto sin razón aparente, unos fluidos viscosos que salen de grifos y paredes…). Si a todo esto añadimos que los personajes no están excesivamente trabajados (los caracteres interpretados por Kidder y Brolin –Kathy y George- son más bien planos y no logran en ningún momento conectar con el espectador. De sus hijos, totalmente prescindibles, mejor ni hablar), nos encontramos con un film de terror en el que el tiempo transcurre muy lentamente sin que suceda prácticamente nada relevante o aterrador. De hecho, el documental del Canal Historia que acompaña a la edición especial en DVD y que narra las desventuras sufridas por la familia en su estancia en la casa, es mucho más terrorífico que el film.

    Decir también como curiosidad que la película fue objeto de un remake (La morada del miedo, Andrew Douglas, 2005), que sin ser gran cosa, es superior al original, aún pecando en exceso de efectista.

(3/1)

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